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CAMINO DEL INCA - MACHU PICCHU
Hace ya ocho días que estamos en Cusco y no paramos de hacer cosas. Es una ciudad fantástica donde hay muchísimo para ver, hacer y aprender, el centro de una cultura que a pesar de ser casi totalmente diezmada por la conquista española esta mas viva que nunca en su gente, en sus calles y en el gran legado Inca que se ve a cada paso que se da en este lugar.
El segundo y tercer día visitamos varios sitios arqueológicos en dos excursiones. Ruinas como las de Quorikancha, Saqsaywaman, Q’enqo, Puka Pukara y Tambomachay.
También los sitios arqueológicos de Pisaq, Ollantaytambo y Chinchero. Todas son espectaculares, las construcciones sobrevivieron a terremotos a más de 6 siglos y a la destrucción española. Además visitamos museos como el Museo de sitio de Qorikancha y el Museo Larco de Arte Precolombino donde aprendimos más sobre la cultura y el arte de las diferentes culturas que formaron el imperio incaico.
Hasta que le toco el turno a Camino del Inca hacia Machu Picchu.
El Camino Del Inca fue una experiencia inolvidable, tanto por los paisajes y sitios arqueológicos que visitamos durante cuatro días de caminata, como por el desafió corporal y mental que suponen caminar tantas horas por senderos de pendiente, escaleras de subida, escaleras de bajadas que son interminables.
Durante el primer día se caminan unas cinco horas, por senderos irregulares pero las pendientes no son gran cosa y se disfruta mas que nada del paisaje, de caminos dentro de espesos bosques, valles y montañas. Llegamos al campamento, los porteadores que son los que llevan todo lo que usamos en los campamentos, carpas, comida, elementos de cocina, etc, etc, llegan antes que nosotros. Llevan a cavo una gran labor, por reglamento no pueden llevar más de 20 Kg., y siempre tienen que llegar antes que nosotros para que cuando llegamos este todo listo. Verdaderamente se merecen un reconocimiento especial.
El segundo día empieza muy temprano, cinco y media de la mañana y después de desayunar a las siete estamos caminando de nuevo. Es el día mas complicado ya que desde la salida todo es subida, por momento por senderos irregulares y por momentos con escaleras de escalones de piedra. Son cuatro horas de subida y los pulmones y las piernas se resienten más que nunca. Hasta llegar a un paso a 4200 sobre el nivel del mar. Donde se tiene una vista de gran parte del camino hecho. De ahí en adelante es bajada, por escaleras, una verdadera tortura para los que no andan bien de las rodillas y para los que si también porque después de bajar tanto tiempo quedan las piernas mas que doloridas.
El tercer día no es el mas complicado pero si el mas largo, se caminan mas o menos ocho horas por diferentes tipos de caminos. Una verdadera belleza todo lo que se ve a su paso, no solo por los sitios arqueológicos que se visitan si no por toda la naturaleza que rodea esos lugares.
El cuarto y último se camina durante dos horas, hasta llegar a Intipunku desde donde se tiene la primera vista de Machu Picchu. Cuando llegamos estaba bastante nublado, se lo ve de arriba y las nubes bajas por momentos lo tapan completamente pero entrado el día las nubes se disipan y la majestuosidad de ese lugar no tiene comparación. Uno lo ve por fotos y no puede creer lo grande que es ese lugar en comparación. Con el cerro Wayna Picchu de fondo ves la típica postal pero verlos con los propios ojos y después caminar por esas callecitas con todos esos laberínticos recovecos entre las habitaciones y los palacios no tiene precio.
Además lo que uno tiene que pasar antes de llegar al sitio arqueológico Machu Picchu, esos casi cuatro días de caminata le ponen un condimento más que especial a todo el viaje.
De noviembre a marzo es temporada de lluvias así que como verán en las fotos la lluvia nos acompaño mucho tiempo. La segunda noche del viaje llovió desde muy temprano toda la noche y el agua comenzó a filtrarse por debajo de nuestra carpa. Se nos mojaron los aislantes que y tuvimos que poner nuestros pilotos entre los aislantes y las bolsas de dormir para poder descansar un poco. Por suerte ni las bolsas de dormir ni nuestras mochilas se mojaron pero fue muy incomodo dormir estando pendiente de que en cualquier momento salíamos flotando por algún arrollo. Pero esa noche paso, a la mañana, como todos los días nos despertaron a las cinco y media y a las siete estábamos caminando de nuevo.
La mañana del cuarto día también la lluvia nos despertó e hizo que la fecha que llegábamos a Machu Picchu comenzara con mala cara. Pero cuando llegamos después de dos horas de caminata llegamos y cumplimos con el objetivo.
Pino y Cyn la verdad que con ustedes dos este camino del Inca fue mas que hermoso, nos divertimos mucho y la pasamos muy bien juntos. Ha sido algo maravilloso compartir Camino del Inca y Machu Picchu con ustedes y todo lo que venimos viajando y seguiremos viajando por unos días más.
Nuestro próximo destino será Arequipa y visitaremos seguramente los valles del Volcán Colca y todo lo lindo que podamos ver en esa zona.



Plaza de Armas de Cusco, plaza principal de la ciudad. Antiguo lugar de encuentro Inca antes de la conquista española


Convento de Santo Domingo donde se encontraba el Qoricancha, antigo sitio religioso Inca



Muro Inca conservado dentro del convento


Muro Inca en las ruinas de Saqsaywaman
Pukapukara antugua posta militar Inca



Tambomachay ruinas que pertenecieron a un sitio religioso

Protesta en la plaza de Armas de Cusco por el intento de privatización de parte del gobierno de los servicios turisticos.


Despues del almuerzo... Listo para arrancar.

Así empezamos, todo el grupo completo.



Parada fotografica y de paso descansamos las piernas.


Caminata y lluvia.

Las subidas, inevitablemente cansadoras.



Dos grosos camino al Machu Picchu.



Sitio arqueologico de fondo y mucha lluvia.



Sacando algunas fotos para el rececuerdo.

Una partecita del camino.



Mañana del segundo dia en el campamento, preparandonos para caminar cuesta arriba durante muchas horas.

Almuerzo a mitad del tercer dia de caminata.




Asi llegamos al punto de los 4200 metros sobre el nivel del mar.


Uno de los sitios arqueologicos que visitamos durante la caminara, ahora no recuerdo el nombre, cuando lo sepa lo pongo.

Asi llegamos a Machu Picchu. Cansados, mojados pero felices!!!

Nublado, pero ahi esta, de fondo Machu Picchu.

Macchu Picchu mas de cerca.

Con Machu de fondo...



En las puertas de antiguas habitaciones para los nobles Incas.



Machu Picchu y de fondo el cerro Wiña Pichu.


Lo que se ve abajo es Machu Pichu desde la cima el cerro Wiña Pichu.


En la entrada del parque.

Ultima foto en Cusco desde el monumento al Inca Pachaqtec.

EL VIENTO ME CONFIO COSAS QUE SIEMPRE LLEVO CONMIGO...


Kilómetros hemos recorrido desde la ultima entrada que fue desde Potosí. Ahora nos encontramos en Cusco, capital del imperio inca, una ciudad pequeña y hermosa en el sur de Perú. Pero antes de llegar hemos visitado otros tantos lugares que les paso a contar.
El 11 de enero llegamos a La Paz. Buscamos información turística, caminamos un poco la ciudad, que la encontré como el año pasado, muy caótica y convulsionada, con mucha gente y mucho trafico de buses y autos que van y vienen a todos lados.
El 12 fuimos a las ruinas de Tiwanacu a unos 70 Km. de La Paz, es una zona a cielo abierto donde hay ruinas de una civilización preincaica, muy impresionante. La mayoría de las ruinas que aun hoy quedan sobrevivieron a siglos de historia y conquista española.
Después de La Paz le toco el turno a Coroico. Un pueblo a solo tres horas de la ciudad de La Paz, pero con un clima y un paisaje totalmente diferente, si La Paz es fría y seca, Coroico es húmedo y caluroso. Esta ubicado en la zona de Yungas y ahí encontramos un pequeño paraíso entre los cerros con nubes bajas y caminos de selva totalmente increíbles. Llegamos el 13 de enero y ese mismo día lo que hicimos fue ir a visitar las tres cataratas, aguas que caen desde los altos cerros. Muy hermosas. El 14 aprovechamos a recorrer un poco mas, fuimos hasta una zona alta que se llama El Calvario, se llega por un camino bordeado con cruces, hasta llegar a un claro, un prado donde se encuentra una iglesia en construcción. Ahí aprovechamos a almorzar, unos sanguches de atún tomate y mayonesa, almuerzo recurrente, rico y barato. Después del almuerzo nos comentaron que siguiendo un camino que iba por atrás del prado llegábamos a unas cataratas. Así que lo seguimos. Caminamos unas tres horas, por la ladera de una montaña muy alta, el camino era hermosísimo, podíamos desde ahí divisar grupo de casas de un poblado de un lado y zonas enteras de vegetación profunda del otro. Una tormenta se acercaba de a poco, las nubes tapaban la ladera por donde caminábamos. Había momentos en que el camino nos internaba entre la maleza espesa y no veíamos el resto del paisaje. Cuando llegamos a la cascada se largo a llover con todo, sacamos una fotos, el lugar era hermoso lleno de árboles y plantas, pero tuvimos que volver. La lluvia le dio a la vuelta un condimento especial, el camino de vuelta por esos senderos estrechos entre andenes de cultivo y precipicios fue toda una aventura, una caminata inolvidable.
El 15 de enero fue un día de viaje, desde Coroico temprano, fuimos a La Paz y a las tres de la tarde desde La Paz partimos hacia el Lago Titicaca, mas precisamente a Copacabana. De un clima húmedo y caluroso pasamos en menos de un día a un clima frió y seco. Aunque Copacabana nos recibió con una breve lluvia de granizo que nos golpeo y después nos empapó. Nos hospedamos en el hostal Elenita. A la noche fuimos a tomar algo después de cenar a un bar muy argento con música nacional, muy buena, con gente de todos lados que estaba parando en el pueblo. La pasamos muy bien. Es más la noche terminó una vez cerrado el boliche en la calle con unos chilenos tocando guitarra y acordeón en la vereda. Fue una fiesta en la calle, me hizo acordar a lo de Humahuaca. Nos divertimos mucho, tomamos bastante. Para ese momento Cynthia y Gla se habían ido a dormir, quedábamos Pino, Lau y yo.
Al otro día, ya 16 de enero partimos para hacer nuestro primer día en la Isla del sol en la parte sur. Después de instalarnos en el hostal Las islas, además de Gla, Lau, Cynthia y yo se nos había enganchado Yannic un francés que viajaba solo y que nos pregunto si podía parar con nosotros porque no encontraba hostal.
Tipo seis de la tarde fuimos a visitar unas ruinas a un par de kilómetros de donde estábamos y para terminar el día fuimos a tomar unos mates y a ver el atardecer musicalizado por Pink Floid gracias a unos parlantitos muy útiles que habíamos comprado en La Paz. Disfrutamos ahí de otro momento inolvidable como tantos que venimos disfrutando durante este viaje, un momento mágico con el sol poniéndose y pintando el cielo en escala de celestes y naranjas de una manera especial.
Al otro día, 16 de enero, partimos mochilas al hombro hacia la parte norte de la isla, después de casi cuatro horas de interminable caminata llegamos a unas playas hermosas. Después de instalarnos en un hostal que nos costo encontrar ya que había mucho turismo y pocos lugares para parar fuimos a matear a la playa. Más tarde a cenar y después de la cena una pequeña caminata nocturna por una de las penínsulas del norte. Ahí Cynthia nos tenía preparada una pequeña actividad para ese momento que nos hizo abrir los sentidos y el corazón a tanta inmensidad y hermosura que nos rodeaba. Cynthia, gracias por hacernos vivir un momento tan especial como ese.
De vuelta a la playa nos encontramos con gente, guitarra y hasta una malabarista con clavas de fuego. Al rato aparecieron unos cordobeses que paraban en el mismo hostal que nosotros, con otra guitarra mas y con Cyn nos encargamos de musicalizar un rato mas la noche. Yo de caradura claro, hasta que en un momento se prendió a tocar conmigo el de la otra guitarra. La pasamos muy bien hasta tarde a la noche que muy cansado nos fuimos a dormir.
El 18 de enero volvimos a Copacabana donde nos despedimos de Gla y Lau que ya se volvían para buenos aires. Las vamos a extrañar.
El 19 Pino, Cyn y yo seguimos viaje a Perú. Pasamos Puno, aprovechamos para hacer una pequeña excursión por el lado Peruano del Titicaca. Visitamos la Isla de los Uros. Unas islas flotantes construidas totalmente en totoras. Los que viven en ellas son nativos de esa zona del Titicaca que según nos contaban cuando hace más de mil años el Titicaca elevo el nivel de sus aguas construyeron esas islas para no perder terreno. Fue una visita muy interesante ya que es increíble para quien no conoce ver como vive esta gente en estas islas flotantes desde hace miles de años casi sin los beneficios de la electricidad y de las cosas que estamos acostumbrados en la vida cotidiana.
A las ocho y media de la noche partimos hacia Cusco y acá estamos ahora. Es una ciudad con mucha vida, muchísimo turismo y con construcciones coloniales hermosísimas. Mañana y el martes vamos a hacer un par de excursiones por ruinas incas en las afuera de Cusco.

Vestidos de mineros despues de visitar las minas, entre Pino y Gla el guía, Miguel


A punto de dusfrutar de las aguas termales en Ojo del Inca en las afueras de Potosí


Desde un mirador en La Paz

En las ruinas de Tiahuanaco

La Puerta del Sol en las ruinas de Tiwanaco

En la Plaza Murillo, sede de gobierno de Bolivia

Una de las cascadas que visitamos el primer día en Coroico

Desde un mirador en Coroico


Enyungados por el sendero que seguimos el segundi día antes de que nos agarrara la lluvia



Con los hermosos paisajes de Coroico de fondo


Iglesia en la plaza principal de Coroico


En la Isla del Sol parte sur camino a las ruinas

En las ruinas


Atardecer musicalizado por Pino con Pink Floid


Copacabana desde el Calvario


Las Islas flotantes de totoras de los Uros

Despues de una navegacion en una balsa de totoras

En la Plaza de Armas en Cusco

UN PASEO POR LAS NUBES...

Nos encontramos en La Paz…Desde la ultima vez que escribí hemos recorrido muchísimos kilómetros que nos trajeron hasta acá. En las entradas anteriores agregue fotos y comentarios, ya que acá Internet es mucho más rápida y me lo permite. No sé cuando será la próxima vez que pueda escribir y subir fotos, pero acá tienen para entretenerse, lo que sigue es la crónica de varios días de viaje.
Voy a empezar por el sábado 5 de enero. Nos levantamos temprano porque supuestamente salíamos a las 9.30 de la mañana con las camionetas hacia el Salar de Uyuni. Terminamos saliendo con dos horas de atraso.
Luego de cargar las mochilas emprendimos el viaje. Pino y yo viajabamos en la misma camioneta que Naty, Caro, Memy y Juana. Gla y Lau iban en otra con otro grupo.
Una lluvia intermitente nos acompaño todo el camino de ida. La primer parada fue en Saló, un pueblo en las afuera de Tupiza. Obviamente como una constante en esta excursión, nos hicieron esperar un rato largo para comer ya que íbamos a almorzar ahí.
Luego del almuerzo, abundante por cierto, continuamos viaje. La lluvia estaba quedando lentamente atrás y de a poco los paisajes iban apareciendo entre las nubes, íbamos por una ruta de caminos sinuosos, con curvas muy cerradas, con precipicios por momentos muy profundos. Aquellos paisajes aparecieron ante nosotros como pintados por los dioses, cuando alguna nube dejaba escapar algún rayo de sol sobre las montañas, estas mostraban laderas escarpadas de hermosas tonalidades de colores.
El viaje transcurrió son mayores sobresaltos, la siguiente parada fue Atocha. Una de las paradas también del tren que va desde Villazón a Oruro. Pueblo minero de casas sobre laderas, seguramente se hubiera visto mejor sin la lluvia que había dejado mucha agua y barro en las calles.
Después de un rato, seguimos viaje ahora sobre una ruta que iba sobre el lecho del rió, algo crecido por las lluvias, pero no lo suficiente como para permitir el paso de las camionetas en las que viajábamos.
Nos empezamos a adelantar, Edwin nuestro conductor manejaba muy hábilmente la toyota por aquel camino bastante difícil, hasta que tuvimos que parar a esperar al resto. Cuando los vimos venir de lejos hicimos un tramos más y volvimos a parar para esperarlos. Ahí nos avisaron que una camioneta se había quedado en el rió y que iban a volver a sacarlos. Edwin, nunca sabremos por qué siguió camino, hicimos un tramo mas por el rió hasta que salimos por suerte sin habernos quedado. Ahí entonces paramos para esperar al resto de la caravana. Había algunas casas, pasaban las vías del tren y también bajaba de los cerros un camino alternativo desde Atocha al lugar, que hubiera evitado el paso por el rió, pero según parece no estaba en condiciones, tampoco me pareció buenas las condiciones del rió, pero sin embargo ahí estábamos, esperando a que apareciera la caravana, o por el rió o por el camino alternativo, por que suponíamos que luego de sacar la camioneta estancada, volverían a Atocha para tomar la otra ruta y axial evitar el rió, mientras oscurecía más y más.
Realmente no tengo noción de cuanto esperamos hasta que de pronto vimos pasar por el rió la caravana, pero no subieron por donde los estábamos esperando si no que siguieron por donde venían. Edwin arranco y no bajo al rió para alcanzar la caravana si no que tomo por una ruta paralela. De a ratos divisábamos las camionetas en la oscuridad, eran una serie de puntitos rojos a lo lejos en la noche.
El viaje siguió ahora sí, sin sobre saltos hasta que llegamos a Uyuni donde nos esperaban Gla y Lau muy preocupadas por que su camioneta había llegado mucho antes y tenían miedo de que nos hubiéramos quedado por ahí en medio de la nada y de la noche.
Entre una cosa y otra llegamos a las 12 de la noche. Se suponía que debíamos llegar en horas de la tarde. El mal tiempo fue un factor de retraso, pero habíamos salido tarde desde Tupiza. Se suponía también que debíamos ir temprano al salar al toro día a ver la salida del sol, algo que dicen es muy hermoso y por lo que habíamos pagado, pero los choferes con justa razón proponían que saliéramos a las 9 de la mañana para el salar ya que habían conducido muchísimo y estaban exhaustos y quedarnos más tiempo en el salar, mas o menos hasta las cuatro de la tarde, y no hasta las una como estaba previsto si íbamos a ver el amanecer, pero nada estaba garantizado dado lo mal organizado de la excursión y no contaban con choferes de reemplazo para llevarnos, ellos eran subcontratados por Valle Hermoso Tours y eran los justos y necesarios.
Entonces el acuerdo al que llegamos fue que aquellos que contrataron el tour con vuelta a Tupiza salían mas temprano a ver la salida del sol al salar y el resto (nosotros incluidos) iba a estar en el salar desde las 9 hasta las 4 mas o menos.
Luego de toda aquella negociación con los choferes y con una mina que se suponía que representaba a la empresa Valle Hermoso, partimos hacia Colchan, un pueblo a dos kilómetros del Salar donde pasaríamos la noche en un hotel casi totalmente construido de sal, excepto el techo, el resto, paredes, mesas, sillas y sillones del hall, camas y mesas de luz estaban construidos con bloques de sal.
Al día siguiente 6 de enero nos levantamos a las 8 de la mañana y nos esperaban en el hall con un abundante desayuno.
Salimos para el salar a la media hora y paramos antes en un lugar donde vendían artesanías en sal. En los alrededores había gente trabajando en el procesamiento de la sal que se extrae del salar, la pasaban por una maquina que la molía y la subían con pala a un viejo camión que la transporta luego a las plantas que la convierten aptas para el consumo humano.
Hacía mucho frió y la lluvia nos seguía acompañando.
Lo que sigue tratare de relatarlo lo mejor posible ya que solo habiendo estado ahí uno puede apreciar realmente ese lugar.
Cuando llegamos al salar mucha de la superficie estaba cubierta por agua de lluvia. Nos adentramos unos cientos de metros hasta que paramos para sacar fotos y tener las primeras impresiones de ese lugar.
Después de haber conocido el Glaciar Perito Moreno, no recuerdo haber tenido antes esa sensación de inmensidad tan profunda, esa sensación de sentir que no te alcanza la vista para mirar.
Las nubes sobre el salar habían dejado paso al sol que reflejaba sobre el agua el cielo u las nubes y hacia desaparecer el horizonte, un paisajes que antes solo había imaginado.
Retornamos a las camionetas y seguimos entrando al salar. Las camionetas que iban cerca nuestro parecían lanchas sobre un lago. También veíamos montones de sal que se hacían para que el agua se escurriera y sea transportable.
Después de unos veinte minutos llegamos a un hotel de sal en el salar propiamente dicho, bastante parecido al que habíamos pasado la noche, pero que además tenia en su interior una exposición de estatuas esculpidas en bloques de sal.
Después de bajarnos de las camionetas comenzamos a caminar por esa superficie por momentos solo sal, por momentos con agua también. Lo mejor fue cuando nos descalzamos. Teníamos la sensación de estar caminando sobre las nubes, en el cielo, como conté antes, el horizonte por efecto del reflejo del cielo en el agua había desaparecido, no se distinguía, parecía como caminar en un lugar eterno, sin llegar a ningún lugar hasta el fin de los días. Una de las sensaciones más raras que experimente.
Nada de lo que cuente acá en forma escrita puede explicar lo que se siente caminar en ese lugar, solo los recuerdos que nos quedan grabados serán mejor que una foto por que no hay cámara que pueda retratar fielmente lo que se vive estando ahí.
Después de comer en el hotel, cosa que estaba incluida en el tour, como era de esperar después del almuerzo nos avisaron, que podíamos seguir recorriendo el lugar un rato mas y que después volvíamos a Colchan. Nos quedaba pendiente así La Isla del Pescado que según arguyeron no íbamos por el mal tiempo que se acercaba, pero para mi la verdadera razón era que ir hacia allá iba a demandar muchas horas y retrasaría la vuelta y ellos estaban contratados para hacer los recorridos hasta las 2 de la tarde. La espera recurrente, la mala organización de esta gente, la falta de comunicación entre las camionetas y las cosas prometidas que no fueron así hicieron que los sesenta dólares que pagamos fueran mal invertidos así que recomiendo a todos los que contraten el Salar de Uyuni por VALLE HERMOSO TOUR desde Tupiza que NO lo hagan por que es una reverenda porquería como se habrán dado cuenta.
Pero lo que vivimos y vimos esa mañana en el salar jamás lo olvidaremos no hay dinero que pueda pagar esos paisajes pintados por ángeles, ese cielo reflejado en el salar que nos hacia sentir que caminábamos en el cielo entre nubes, esa sensación de inmensidad que pocas veces se siente en la vida y que nunca borraremos de nuestra memoria.
El 7 de enero lo tuvimos que pasar en Uyuni por que cuando volvimos del salar ya era tarde y no teníamos pasajes para viajar a Potosí. Así que a las siete de la tarde y con una lluvia muy intensa nos despedimos de Uyuni y viajábamos directo a Potosí.
Llegamos el 8 de enero a la mañana y después de buscar hostal y descansar un rato a las dos de la tarde con un guía local fuimos a visitar las minas del Cerro Rico.
Nuestro guía se llamaba Miguel, de nuestra edad más o menos, un muchacho boliviano muy macanudo a cada paso nos iba contando datos históricos de la ciudad y de la explotación minera del cerro. A comparación de la excursión que hice el año pasado, esta me gusto mas ya que éramos nosotros cuatro solos, Lau, Gla Pino y yo y el guía era muy bueno. Nos llevo a una mina diferente de la que había visitado el año anterior, donde había una especie de museo con estatuas representativas de indígenas mineros, de españoles y del Inca Huyno Cápac que descubrió el cerro antes de la llegada de los españoles, y al final “El Tio” el dios minero. Miguel no paraba de hablar y de contarnos todo lo que sabia y de contestar a cuanta pregunta le hacíamos.
El 9 de enero fuimos a las termas de Tarapaya, a la laguna de “El Ojo del Inca” donde también estuve el año pasado. Gla, Lau y Pino quedaron encantados con el lugar. Es maravilloso que un espejo de agua termales a temperatura constante pueda existir en un paisaje como ese. Aunque ya no llovia, estaba nublado y corria mucho viento pero eso no impidio que disfrutaramos, eso si, cuando entras a esa agua calentita después es difícil salir al aire fresco!
Después de mucho relax volvimos a Potosí, pasamos por la Terminal a sacar los pasajes para el siguiente destino, después de deliverar si Sucre si o Sucre no, terminamos sacando pasajes para ir directamente a La Paz ya que consideramos que pasar por sucre un solo día y muy pocas hora no valía la pena para tan linda ciudad.
El 10 de enero fue un día de espera, a las 20 hs. Teníamos bus a La Paz, el día transcurrió sacando fotos desde el mirador mas alto de la ciudad, recorriéndola un poco más y empezar a extrañarla, ya que es una muy linda ciudad con mucha historia.
Llegamos a La Paz hoy 11 de enero a las 5:30 de la mañana. Buscamos hostal donde parar, y empezamos a recorrer la ciudad y a buscar info sobre lo que se puede hacer acá… hoy fuimos a un mirador que nos costo mucho subir ya que el ultimo tramo es caminando y por una subida muy empinada, pero llegamos, sacamos unas fotos ahí, muy hermosas por cierto, la vista es impresionante, por donde se mire La Paz esta plagada de casas, es como una gran ensaladera con casa desde el centro hacia los costados… increíble.
Mañana partiremos hacia Tiwanaku ya no con las chicas que conocimos en Humahuaca si no con Cynthia una compañera de trabajo de Gla que esta haciendo un recorrido parecido al nuestro y por momentos se engancha con nosotros… acá un poco de info para que sepan que es http://es.wikipedia.org/wiki/Tiwanaku los días siguientes nos llevaran hacia Coroico, Copacabana y La Isla del sol… pero para eso faltan algunos días más.


Salida... Edwin nuestro conductor, Pino, Memi, Juana y Naty, y mi cabeza sobresaliendo.


Pino y yo con La Poronga de fondo... si si, se llama asi.



Primera parada, Salo


Gla en pleno viaje, se la ve contenta no?



Laderas escarpadas de hermosos contornos.



Bus desde Tupiza a Uyuni.



Minutos después de esta foto una de esas camionetas se quedaba en el rio.



Desayuno en el hotel de sal de Colchani.



Camionetas sobre el salar.



Lau, Yo, Gla, Pino, en un lugar increible.



Made in Heaven... (heho en el cielo).



¿Una lancha o una camionerta?



Que lindo es estar en el Salar, en patas, sin alpargatas!!!


Un paseo por las nubes...



Hotel de Sal en el salar donde almorzamos.



En la estacion de tren...



En el mirador de Potosí